Cuarenta rosas marchitas

Cada vez que llega a mí la muerte de otra mujer por violencia de género, se me crispa el alma. Otra rosa más que ha sido marchita por las crueles manos de un hombre. Otra familia rota para siempre por culpa de un estigma que aún arrastra la sociedad.

Se dice que la sociedad española es una sociedad muy igualitaria, donde los homosexuales se pueden sentir tranquilos y las mujeres pueden sentirse seguras, donde ya no tiene cabida el machismo ni ningún tipo de discriminación. Pues está claro que no es así.

Tantos escenarios para una triste realidad. Esos molestos y hasta dolientes comentarios sexistas, vejaciones, maltratos y hasta asesinatos. ¿Qué tiene una mujer para que se la considere menos que un hombre? ¿Qué ha hecho para tener que ser tratada así? ¿Por qué? Son preguntas que no tienen respuesta alguna porque la mujer y el hombre son iguales.

Es más, ellas son las que nos han traído a este mundo; son nuestras madres, nuestras abuelas, nuestras hermanas, amigas y compañeras. No son ni más ni menos que los hombres, son simplemente personas que merecen ser tratadas como tales.

Este año ya llevamos 40 mujeres muertas a manos del machismo. Cuarenta bellas rosas que una cruel garra marchitó injustamente, y otras tantísimas rosas que están sufriendo en sus carnes el machismo en sus tantas formas. Parar este macabro espectáculo está en las manos de todos, y cuando veamos indicios de maltrato, sea lo que sea, tenemos el deber de denunciarlo inmediatamente, para que el dolor de tantas mujeres no sea en vano. Es nuestro deber como ciudadanos.

Para denunciar hay varias formas:

• 016, teléfono gratuito de información y asesoramiento jurídico (no aparece en la factura)
• 112, teléfono de emergencias
• 900 19 10 10, información 24 horas para la mujer